El 30% de los problemas de aprendizaje se deben a una deficiencia visual”

Esta es una afirmación que no debemos tomar a la ligera, ya que con una simple revisión y un diagnóstico a tiempo podemos evitarnos muchos problemas.

La madurez del sistema visual tiene lugar entre los 6 y los 12 años, una etapa fundamental en la que el buen rendimiento escolar va ligada a una visión eficaz. Si el niño no posee una correcta visión esto le supondrá una traba a la hora de realizar actividades escolares tan esenciales como leer, escribir, estudiar o atender en clase, lo que acabará limitando su desarrollo académico.

¿Qué ocurre cuando un niño tiene problemas visuales?

Como hemos mencionado antes, el no tener una correcta visión puede limitar el desarrollo académico del niño, derivando en bajo rendimiento escolar o en una falta de interés por el aprendizaje. El motivo puede ser que alguna anomalía en la visión le impida realizar las actividades escolares con normalidad.

¿Cómo podemos detectar que nuestros hijos puedan padecer algún problema visual?

Existen ciertas pistas que nos ayudarán a detectar la posibilidad de que nuestros hijos pudieran padecer alguna deficiencia visual. Es nuestra responsabilidad estar atentos a ciertas señales, ya que los niños, si no ven bien no se quejarán.

Comportamientos que indican un problema visual

  • Se acerca mucho a los libros, móvil, tablet, ordenador o TV.
  • Desvía un ojo o se queja de visión doble o borrosa.
  • Falta de interés o baja comprensión de la lectura para su edad.
  • Al leer vocaliza en voz baja, mezcla sílabas, quita o añade palabras.
  • Suele fruncir el ceño, parader mucho o realizar muecas cuando lee o mira la pizarra o ve la TV.
  • Se tuerce al escribir o se sale mucho cuando colorea.
  • Inclina, gira o ladea la cabeza o la espalda cuando intenta fijar la vista.
  • Dolores de cabeza, especialmente en la zona de la frente, náuseas o mareos después de realizar las tareas muy de cerca.
  • Se tapa o guiña un ojo ocasionalmente.
  • Falta de atención o concentración.
  • Malestar, mareos o visión doble al ver una proyección en 3D.

Si detectas alguna de estas señales debes acudir a tu óptico-optometrista ya que pueden indicar la presencia de un problema visual. Estos tienen fácil solución y si se cojen a tiempo no supondrán un impedimento para el desarrollo escolar de tu hijo.